Escribiré al dictado de tus parpadeos

En este día tan señalado en mi calendario ya para siempre, sólo me interesa reivindicar la alegría de vivir, de sentirse vivo. Porque los recuerdos son una parte de la vida, aunque nunca deberían ser la parte principal. Al final uno aprende a convivir con ellos, a asimilarlos de tal manera que aparenta que se han diluido, a pesar de que siempre estén ahí, buscando la ocasión, el segundo preciso, para solidificarse en la percepción e, irremisiblemente, al segundo siguiente, volver a licuarse y perderse por los entresijos de nuestra memoria en ese reposo activo que sólo ellos saben aparentar.

Espero que a él le hubiese gustado que nosotros nos alegráramos por sentirnos vivos.

… él juró que volvería
y empapada en llanto ella juró que esperaría …

En audición: Maná "En el muelle de San Blas"